En Agosto de 2012, cuatro meses después de su apertura, Coursera -uno de los proveedores de cursos online masivo y abiertos (MOOCs) que está ganando popularidad en Internet rápidamente- registró 1 millón de estudiantes, de cerca de 200 países. Ésta es sólo una de muchas asombrobrosas estadísticas que podrían ser compartidas sobre el repentino auge de los MOOCs, cuyo total habla del interés mundial en el acceso a cursos online de universidades.

El gran número de gente que se registra en MOOCs, junto con el interés de las universidades en expandir contenido online, ha puesto este nuevo modelo en el punto de mira. El término MOOC se acuño en el 2008, desarrollado inicialmente como un experimento pedagógico centrado en la creación de un entorno de aprendizaje más conectado y democrático. Sin embargo, desde 2011, las universidades han usado el término para describir ofertas de cursos dirigidas al alumnado de todo el mundo. Hoy, «MOOC» describe una serie de modelos pedagógicos. George Siemens distingue entre «cMOOCs», que siguen el modelo «connectivista» original y el más institucionalizado y estrechamente estructurado «xMOOCs». A pesar de las diferencias, la emergencia de los MOOCs como un todo plantea un conjunto de retos a la comunidad educativa. Muchos de nosotros tendemos a creer que los MOOCs están proporcionando finalmente alguno de los cambios de naturaleza tecnológica en la educación que hemos estado esperando durante casi dos décadas.

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